martes, 17 de mayo de 2011

La Vigilia de los bubos



Dibujaba con el roce de los pliegues de la cama las noches, los días, las marquesinas hacinadas y la soledad del gentío en aquella espalda quebrada por el tiempo del quejido.  
Se inhalaba así mismo, dando caladas al hervir de sus ideas. Se roía el emergente sudor de aquella piel, para regurgitar después la ansiedad.  Carroñero que destripaba su visceral sentir.
Se retorcía dolorosamente entra las anudadas y ásperas sábanas intentando estrangular la desesperación de no encontrarse. Sus codos corneaban sus costillas, haciendo vibrar sus hombros y estos a su vez hacían aletear su nariz para colapsar así sus orejas a punto ya de alzar el vuelo. Despegue fallido, el de fumigar los cultivos en barbecho de los pensamientos. 
La angustia carcome sus oídos, ante el sepulcral de los cimientos adormecidos. Grita… en un mundo de sordos, en una noche vacía.
Las sombras de sus ojos vuelven a inundar de oscuridad su rostro, el peso de esas ojeras legañosas hacen precipitar su balanceo a los pies de la cama. A tientas busca una bocanada de frescor vaporoso que adormezca sus neuronas, que calme lo sangriento de sus corneas.
De pronto, un “tic”… un “tac” y otro más. Frunce el ceño. “Tic”.  Desencaja su mandíbula. “Tac”. Desgañitan sus intestinos. “Tic”.  El tintineo de los susurros en madrugada azotan sus pasos, que desesperadamente buscan la perdición de sus sentidos, enajenación, fulminarse ante el letal estoque de Morfeo.




[Fragmento de El Clan de los Búhos, por Raquel Castán]






3 comentarios:

  1. Quiero saber más sobre ese Clan. Me temo que perteneces a este,¡¿eh?!
    Me habría encantado ir a esa lectura el domingo. Echaste suficiente bromuro antes a los asistentes, dado el contenido del relato, no?!

    Descansa.

    Angel.

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  2. Comenté antes en el que no era... borralo si queres ;)

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  3. Sabrás, sabrás... ;)
    La lectura bien, ya soy una asidua.

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