miércoles, 9 de julio de 2014



Si las piernas me tiemblan, 

tendré los brazos para agarrarme,

si los brazos me fallan, 

tendré un amigo que me sostenga.






jueves, 26 de junio de 2014


Silencio extraño el que me invade, 
te extraño y el silencio lo invade.

Invade lo inhabitable y  los recuerdos, 
pero, tenaz, el presente lo espanta sin fortuna.

Tan sólo las manecillas de un reloj inoportuno y negro, 
desquebrajan débilmente el eterno silencio.


Vacío, en la habitación y en mi cabeza,
la locura un día salió corriendo tras la cordura.

Silencio en mi palpitar, late en silencio
para no despertar los sentimientos dormidos

Letargosos mis oídos de voces amadas, 
mi voz vacía en palabras.

Tú en silencio, yo en silencio,
y la casa vacía, aún respira sus últimos días. 


lunes, 16 de septiembre de 2013

Escribir

Fui prófuga y deambulante de cadáveres tartamudos. Soñadora irremediable, alimentada de trabas y esperanzas. Cantante sin fortuna, escritora trasnochada. Amante no correspondía, soltera empedernida, querida los bisiestos. Divorciada de madre, padre y hermana. Gata y hormiga. El fuego que incendia y la lluvia que calma. Las raíces de un Baobab. Alma en pena y risueña. Fui lo que siempre desee durante tantas noches en vela.





lunes, 28 de mayo de 2012





Yo abocaba
al desastre
de despedidas
apresuradas,
ansiosas por saltar
,de mano en mano,
y echar a volar.

Mientras,
mis alas
,nuevamente,
son cercenadas
por el cortante viento
y mis recuerdos,
desterrados
al confín de un sumidero
de sentimentales
desbocados aparejos. 

[...]



['Despedidas puntuales, a tiempo' Raquel. al papel y a la cámara]

miércoles, 23 de mayo de 2012

Whisky on the rocks



En ocasiones, encontré palabras que tomaban el camino equivocado y eran capaces de provocar una malísima digestión. Esto podía empeorar, incluso más, al ingerir silencio como postre.

− ¿Van a tomar algo más los señores?

¿No tendrá… un digestivo convencional?, pero antes de preguntarlo mi voz interior  solía susurrarme a gritos: no surtirá efecto.

−Nada más, la cuenta por favor.

Y con aquella desazón e indigestión, ya tan habitual, hacía lo que mi doctor solía desaconsejarme en estos casos, beber alcohol como posible lavativa; pues el olvido que este me producía era sólo pasajero. 

Mejor servirme otro whisky on the rocks, a falta de algo mejor. 




jueves, 10 de mayo de 2012

Lo de siempre

[...]
       De acuerdo. Entonces dejemos los sentimientos y vamos a los números, que  es tu  fuerte. En tu  empresa  trabajan  tres mil hombres respirando los gases de las minas y el humo de las fábricas. Según las estadísticas todos ellos mueren  cinco años antes de lo normal. Tres mil hombres a cinco años, son ciento cuarenta siglos de vida truncada. ¡Linda cifra, eh!
       Tampoco de eso es mía la culpa. Yo no inventé el sistema.
       Pero  vives de  él cómodamente. Y  todo  esto  sin  contar  a  los que tosen  en  plena juventud      gracias a ti; y a los que engendran hijos raquíticos, gracias a ti; y a los viejos prematuros, y a los mutilados...
        ¡Tenemos los mejores hospitales del país!
       Lo de siempre: primero fabricáis los enfermos y después los hospitales.
[...]



[A. Casona, aún, un contemporáneo]

jueves, 26 de abril de 2012

Tan sólo




Arrastrado por el viento
y comenzar a respirar
entre sus hojas en el cielo.
Irrepetible movimiento.

Tan sólo no pensar.
Inhalar el azul del cielo,
silbar mi reposado despreocupar
en su eterno balanceo.

Adelante, sólo volar
y no parar,
dejarme llevar
en el mutis
de esta soledad.

Arrancarme el tintineo
de los recuerdos,
y no volver a repasar
cada desacierto.

Y no pensar,
tan sólo quiero.




[Raquel. al papel y a la cámara]

domingo, 15 de abril de 2012

La más fea


Una cagada, un laberinto incierto,
una coartada, un zorrón, un camello,
una almohada para soñar despierto,
porque esta madrugada cruzo el infierno.
Tiro en el retrete,
tiro en la barra,
tiro y por qué no otro tiro.
Tiro a disparar y no atino.
Pero sé, maldita sea,
que ha llegado la hora de bailar con la más fea.


jueves, 29 de marzo de 2012



Cinco son con los que cuenta,
de meñique a pulgar
y cinco más.
A mi mano,
que tanto da
y tan poco se le otorga.
A mi mano,
que escribe, boceta, reflexiona,
se inquieta y me contenta.
A mi diestra,
que sin ser siniestra
firma los cheques de mi pobreza,
lanza los besos del hasta luego.
A mi mano caprichosa,
que se traba con quien gusta…
estremece placentera.
A mi mano firme y dispuesta,
que agarra, agita, menea
y  altera el asta de mi bandera.
A mi mano aventurera,
sumergida en los confines

de una gruta cavernosa
con revoltosas mariposas.

A mi mano vacía,
de carne...
de aire.
A mi mano y a la tuya,
amantes…
amigas.


[Las pequeñeces de la vida son abismales. Y sí, trata lo que trata...]