jueves, 29 de marzo de 2012



Cinco son con los que cuenta,
de meñique a pulgar
y cinco más.
A mi mano,
que tanto da
y tan poco se le otorga.
A mi mano,
que escribe, boceta, reflexiona,
se inquieta y me contenta.
A mi diestra,
que sin ser siniestra
firma los cheques de mi pobreza,
lanza los besos del hasta luego.
A mi mano caprichosa,
que se traba con quien gusta…
estremece placentera.
A mi mano firme y dispuesta,
que agarra, agita, menea
y  altera el asta de mi bandera.
A mi mano aventurera,
sumergida en los confines

de una gruta cavernosa
con revoltosas mariposas.

A mi mano vacía,
de carne...
de aire.
A mi mano y a la tuya,
amantes…
amigas.


[Las pequeñeces de la vida son abismales. Y sí, trata lo que trata...]