lunes, 28 de mayo de 2012





Yo abocaba
al desastre
de despedidas
apresuradas,
ansiosas por saltar
,de mano en mano,
y echar a volar.

Mientras,
mis alas
,nuevamente,
son cercenadas
por el cortante viento
y mis recuerdos,
desterrados
al confín de un sumidero
de sentimentales
desbocados aparejos. 

[...]



['Despedidas puntuales, a tiempo' Raquel. al papel y a la cámara]

miércoles, 23 de mayo de 2012

Whisky on the rocks



En ocasiones, encontré palabras que tomaban el camino equivocado y eran capaces de provocar una malísima digestión. Esto podía empeorar, incluso más, al ingerir silencio como postre.

− ¿Van a tomar algo más los señores?

¿No tendrá… un digestivo convencional?, pero antes de preguntarlo mi voz interior  solía susurrarme a gritos: no surtirá efecto.

−Nada más, la cuenta por favor.

Y con aquella desazón e indigestión, ya tan habitual, hacía lo que mi doctor solía desaconsejarme en estos casos, beber alcohol como posible lavativa; pues el olvido que este me producía era sólo pasajero. 

Mejor servirme otro whisky on the rocks, a falta de algo mejor. 




jueves, 10 de mayo de 2012

Lo de siempre

[...]
       De acuerdo. Entonces dejemos los sentimientos y vamos a los números, que  es tu  fuerte. En tu  empresa  trabajan  tres mil hombres respirando los gases de las minas y el humo de las fábricas. Según las estadísticas todos ellos mueren  cinco años antes de lo normal. Tres mil hombres a cinco años, son ciento cuarenta siglos de vida truncada. ¡Linda cifra, eh!
       Tampoco de eso es mía la culpa. Yo no inventé el sistema.
       Pero  vives de  él cómodamente. Y  todo  esto  sin  contar  a  los que tosen  en  plena juventud      gracias a ti; y a los que engendran hijos raquíticos, gracias a ti; y a los viejos prematuros, y a los mutilados...
        ¡Tenemos los mejores hospitales del país!
       Lo de siempre: primero fabricáis los enfermos y después los hospitales.
[...]



[A. Casona, aún, un contemporáneo]

jueves, 26 de abril de 2012

Tan sólo




Arrastrado por el viento
y comenzar a respirar
entre sus hojas en el cielo.
Irrepetible movimiento.

Tan sólo no pensar.
Inhalar el azul del cielo,
silbar mi reposado despreocupar
en su eterno balanceo.

Adelante, sólo volar
y no parar,
dejarme llevar
en el mutis
de esta soledad.

Arrancarme el tintineo
de los recuerdos,
y no volver a repasar
cada desacierto.

Y no pensar,
tan sólo quiero.




[Raquel. al papel y a la cámara]

domingo, 15 de abril de 2012

La más fea


Una cagada, un laberinto incierto,
una coartada, un zorrón, un camello,
una almohada para soñar despierto,
porque esta madrugada cruzo el infierno.
Tiro en el retrete,
tiro en la barra,
tiro y por qué no otro tiro.
Tiro a disparar y no atino.
Pero sé, maldita sea,
que ha llegado la hora de bailar con la más fea.


jueves, 29 de marzo de 2012



Cinco son con los que cuenta,
de meñique a pulgar
y cinco más.
A mi mano,
que tanto da
y tan poco se le otorga.
A mi mano,
que escribe, boceta, reflexiona,
se inquieta y me contenta.
A mi diestra,
que sin ser siniestra
firma los cheques de mi pobreza,
lanza los besos del hasta luego.
A mi mano caprichosa,
que se traba con quien gusta…
estremece placentera.
A mi mano firme y dispuesta,
que agarra, agita, menea
y  altera el asta de mi bandera.
A mi mano aventurera,
sumergida en los confines

de una gruta cavernosa
con revoltosas mariposas.

A mi mano vacía,
de carne...
de aire.
A mi mano y a la tuya,
amantes…
amigas.


[Las pequeñeces de la vida son abismales. Y sí, trata lo que trata...]

martes, 14 de febrero de 2012

Matilde. Mateo. Matute

Matilde mataría por Mateo a Matute, en un momento de mentira amatoria, mintiendo al mentecato metomentodo en el momento. Mentalmente maniatada e imantada. “Mate por su amante”, mantenía la mitad de su mente matutina maniatada. En el Motel Montoya amantes amotinaban mentiras. Mentes mentirosas amontonaban mantas matutinas, mantequilla y mantecados.
Hasta el momento meditado, en que Matute metódicamente mató a Mateo el amante. Mateo que un día mató a Matilde, la de mantas matutinas, mantequilla y mantecados. Mintió Mateo al mentecato metomentodo de Matute, cuando mantuvo: “no maté a Matilde en el manantial del matadero en mitad del monte del Motel Montoya”. Mentiras de momentos amatorios matutinos, montadas en motores maniatados.

domingo, 12 de febrero de 2012

Capítulo tres




Al fin, o eso creo, desperté. Parecía imposible que el preámbulo de este espacio pasara de una vez a esa nota inicial, a esos primeros párrafos… Sin embargo, así soy yo, una persona de las que pierden la cabeza en esa 'fase de enamoramiento', donde la pasión erótica, el romanticismo y la intimidad inicial nublan a uno los sentidos. Se camina tan bien entre nubes de algodón… De ello, también florecen desconfianzas, inseguridades, discrepancias y desencuentros, haciendo temer que lo bucólico del momento encalle en un angosto páramo de monotonía, reiteración y temores.
De ahí, que a veces, sea necesario izar banderas y tomar otros rumbos en busca de otros vientos. Despejar las mucosas del viciado aire de la gran urbe, para volver renovado, decidido… Y con ello descubrir si esa fase pastoril, fue un simple idilio con las musas o realmente desearías que ellas perpetuaran sus caricias en tus pensamientos con almíbar y aguijones.
Fui cauta, me hice con las provisiones necesarias, y partí hacia el desconocimiento de descubrimientos. Toda una aventura. Los resultados de la expedición fueron asombrosos –aún estoy boquiabierta–. Conocí personajes fantásticos, aprendí aquello que nunca imaginé y desgañite mis oídos y mi voz.
Ahora, vuelvo con las manos vacías –regalé todo lo que llevaba en mi equipaje–, pero con la mente y los sentidos repletos de sueños y credos. Si crees, se crea.  
Sé que mi pasión por escribir no es un enamoramiento etéreo, está vivo, late, respira y pesa. Desde la niñez me llevan acompañando cuentos, historias, guiones, relatos, comedias… en mis pensamientos y cuádrenos. Lamentablemente, la fase de enamoramiento se estancó entre la neblina de años de formación, estudio y un principio de madurez juvenil. A pesar de ello, seguía respirando en mi sótano mental, prueba de ello fue el despertar de este entorno a modo de blog. Despertares –que fue como bauticé el inicio de esta andanza–  fue un resurgir de mi pasión.
Ahora en esa fase de amor y pasión, el erotismo queda relevado por una pasión romántica que continúa en aumento, al igual que la intimidad y el compromiso.
Hoy, de la mano, caminamos firmes, juntas, vislumbrado un futuro en el que creo aunque, aún, se bocete difuso. Sé que las pérdidas se transforman en ganancias y los cambios son oportunidades, y que soy fiel defensora de juntar la realidad más cercana con nuestros sueños más lejanos.
Así –despierto– comienza Capítulo tres, porque dos son multitud y tres son compañía.
Si me llevas contigo, prometo ser ligera.

viernes, 27 de enero de 2012

Mi yo sexual

 
Mi madre opinaba que este mundo sería mejor si en lugar de nuestro yo formal íbamos por la vida mostrando nuestro yo sexual. Hablaba de la invasión del yo sexual. La primera vez que me habló de esto fue cuando tenía dieciséis años, estábamos en Berlín por el estreno de Dafne. Era la segunda vez que representaba aquella ópera de Schütz en Europa. Aquella tarde, me dio a entender que había dos personas en mí: mi yo sexual y mi yo formal. Me quedé perplejo.

― Marco, quizá aún no conoces tu yo sexual, pero aparecerá pronto―me dijo mientras esperábamos en la entrada trasera del Teatro del Renacimiento a que llegara el resto de la compañía―. Brotará en  momentos puntuales de tu vida: cuando sientas deseo hacia alguien, o practiques sexo, o incluso, en los momentos más inverosímiles.
Tu yo sexual será una parte muy importante de tú vida, recuerda bien, porque cuando entres en un lugar donde nunca has estado se activará. Rastreará buscando lo que desea, se enamora, se encandila, se llena de pasión.

En ese momento, me sonrojé muchísimo cuando Hans – el único de la compañía que entendía algo de italiano – me guiño un ojo al oír lo que decía mi madre.

Siempre que conozcas gente acabarás preguntándote qué significarán esas personas en tu vida. Sólo entrar a un avión, sabrás al instante qué personas deseas, cuáles serían capaces de sentir algo por ti o hacia cuales podrías sentir tú amor y con quienes desearías tener sexo.
Es algo innato en las personas. Es necesario comprender que desear,  sentir, no es malo, pues forma parte de tu yo sexual. Tu yo formal hará dócil tu yo sexual a los ojos de la sociedad, lo hará presentable en el sistema de lo políticamente correcto.

― Querido, ¿cómo podremos conocer a la gente que nos rodea, si no conocemos sus deseos sexuales, sus gemidos, sus muestras de pasión extrema o su erotismo? ¿Cómo es posible que desconozcamos todo eso? Cuando de poder exteriorizarlo seríamos mucho más felices. Todo iría mejor si nuestro rostro mostrara la felicidad de la pasión ―me decía mientras cruzabamos la puerta―.

El ensayó comenzó con retraso. Después de aquella conversación, jamás volvió a mencionar aquello. Nunca fui capaz de aplicar nada de lo que me dijo.
Sé que no hablaba de orgías o de hacer lo que deseáramos en cualquier instante de la vida, lo comprendí perfectamente a pesar de mi edad. Pero me quedé callado, no dije nada. Con ella muchas conversaciones quedaban inconclusas. No le gustaba finalizar las conversaciones o las disputas. Decía que los puntos finales facilitaban la vida de la gente, los puntos a parte y los suspensivos incrementaban la inteligencia.



[Guiño a A. Espinosa y “todo lo que podríamos haber sido tú y yo…”]