domingo, 31 de julio de 2011

Mejor sola





“¿Y estás bien? Si tienes algún problema sabes que puedes contar conmigo”. Esta es la secuencia que se ha venido repitiendo más entre mis allegados desde que lo dije. “No, no, si estoy bien, de verdad. Tampoco es tan raro. ¿No?”
Es increíble como la gente puede juzgar la vida de los demás sin mirarse para sí… Me habría dado ganas de decir: “¿Problema yo? Creo tú que deberías recapitular…” Sobre todo cuando esta clase de comentarios vienen de tu familia. De acuerdo que siempre quieren lo mejor para ti, pero dudo que pensaran en la “felicidad” que me producirían mis padres cuando se divorciaron y mi madre rompió con su vida de madre todo-terreno. En la hora que recomendé a mi madre Los Puentes de Madison. Se sintió tan identificada, que el día que fue de espectadora al programa de cotilleos “El tiovivo” quedo prendada de una realizador fotógrafo; y antes de que extendiéramos sus cenizas por aquel plató prefirió tomar las riendas de su vida y decir a su Robert Kincaid “Me fugo contigo”. Ahora anda por Marbella con unos cuantos gramos de silicona por su anatomía, toxina inyectada y siguiendo una estricta dieta, que hacen de ella una madurita sexy. Realmente el concepto de amor que planteaba Clint Eastwood en su film dista mucho de la interpretación de mi madre, ella nunca fue nada cinéfila para que engañarnos.
Mi hermano mediano, por su parte, sufre de personalidad múltiple. En cuatro años sus ideológicas y estilos han sido de lo más dispares: freak de WarHammer y rol, pijo repulsivo rozando la homosexualidad oral, B-boy, perro flauta, gafa pasta… y ahora resulta que es punk. Lo triste es que después de todos esos cambios acabará preocupado por eso de “el qué dirán”, casado y con tres niños repelentes, y pagando una hipoteca a cuarenta años. Mi hermana menor -cinco años menor- ha decidido que se casa sin alcanzar aún el cuarto de siglo. Siempre le gusto correr para todo, espero que no acabe lesionada para las próximas Olimpiadas.
Mi tío, trásfuga, está de visita. Escapando de la policía y mafia napolitana por estafa no para de decirme “¿Y pero qué estás haciendo con tu vida?”
El caso de mi abuela es el que más me trastorna, aún así es la que mejor me comprende. A sus 76 años y tras 20 como viuda, nos confesó a toda la familia que era lesbiana, siempre lo fue, pero nunca ejerció su condición sexual. (Abuela ese detalle no era necesario, de verdad…). Nos presentó a la mujer con la que se ve desde hace unos meses, dice que quieren casarse. Eso sí, su novia es una ancianita de 79 años adorable, bueno por lo menos volveré a tener dos abuelas. El resto de mi familia no lo ve así.
Ante todo esto mi padre, con el añadido de ser profesor de Instituto, quedó calvo. Su estado depresivo le ha hecho ingresar en la congregación de Monjes Benedictinos de Calamuchita en Argentina. Necesita replantearse la vida, dice.

Por otro lado, mis amigos; la mayoría andan inmersos en vidas conyugales, hipotecas o en disfrutar de la juventud- de borrachera e intentar cepillarse todo lo que se menea- que se perdieron por amor.  Sienten absoluta pena por mí, creen que mi decisión está fundamentada en un déficit amatorio. Unos no paran de intentar emparejarme con especímenes de sus círculos laborales, otros me aconsejan continuamente cómo vivir mi vida amorosa- los mismos que sus vidas matrimoniales empiezan a hacer aguas-, otros me recomiendan que intente volver con algún ex – para no quedarme sola-, otros me venden noches de fiesta con demasiada ingesta de alcohol para no sentirse tan fuera de lugar en discotecas plagadas de jovencitos a los que entrar…
Ante esto también tienen algo que decir algunos de mis ex, ahora reencarnados en amigos, “Espero que no hagas esto porque ya no estamos juntos…”, “Si quieres puedes venirte con mi chica y conmigo a pasar unos días al chalet de sus padres, así verás como se te pasa el bajón”, “Podemos ser amigos con derecho a… si te hace sentir mejor” ¡Ahhhh!
Y mis compañeros de piso no hacen más que persuadirme para que no me vaya del piso, temen que mi decisión conlleve abandonar el piso. Es muy caro un alquiler para uno sólo y además el ambiente fiestero de un piso compartido se pierde”. Visto así no creo que no me compense, lo que pagaría de alquiler sería lo mismo que pierdo por vivir con unos gorrones que saquean mi comida, gastan mi detergente,etc,etc. Además, no tendría que limpiar la mierda que queda tras ese “ambiente fiestero” del que casi nunca soy participe.

No sólo mi entorno familiar y amistades se han pronunciado, mis colegas profesionales también. Mis compañeros me han recomendado que en mi estado para evadirme lo que tengo que hacer es trabajar, que me quede en el laboratorio trabajando todo el verano hasta tarde, y así no pensaré. No claro, sólo pensaré en lo pringada que soy mientras ellos están disfrutando de unas vacaciones en Costa Marfil o paseando por Paris. Mi director de Tesis, eso sí, me ha ofrecido toda su atención y apoyo. Uhmmm, preferiría que después de cuatro años de doctorado, este quinto me pudierais pagar y no tener que trabajar gratis porque no hay presupuesto. ¡Quiero terminar de una vez mi Tesis! Es el gran hándicap del investigador español: la financiación y las salidas profesionales. Al plantarse la situación así, decidí buscar trabajo en empresas privadas, empresas que argumentan que no tengo experiencia profesional en empresa o que estoy tan especializada en mi campo que no soy versátil. Al parecer buscan personas que puedan tanto preparar café en una Nespresso como pasarse todo un Domingo terminando de edactar un informe para la reunión del Lunes mientras el director disfrute de un fin de semana en un Resort.

Definitivamente, mi inteligente individualismo me lleva a mí y a mi alter ego a disfrutar de unas vacaciones a solas. Mejor sola que acompañada.





[Una pequeña muestra de lo que contiene mi Moleskine. Tras lecturas concienzudas de El Retrato de G.Civardi, mis rostros comienzan a tomar formas cada vez más dispares; incluso de estas empiezan a nacer historias. Desde luego el dibujo resulta inspirardor para la escritura. ¡Buen verano! ]

martes, 26 de julio de 2011

Un día en el aire

Aire…

enredado en sabanas sofocadas de verano,
bostezado en un amanecer temprano,
retenido entre legañas mañaneras,
postrado en el escusado de una ventosidad aireada,
fluido a silbidos en los conductos tintados de una cafetera,
propulsado en el teclear de informes laborales,
ensalivado de conversaciones risueñas,
desecado por conversaciones superfluamente desmotivadas,
resoplado -inconscientemente- a la cabecera de una cucharada de gazpacho,
reflejado en cristaleras del escapismo mental a la Luna,  
perdido entre miradas furtivas de un vagón hacinado,
asfixiado por jadeos distantes de lo atlético,
desasosegado tras postrar el ya cansado espinazo,
perdido entre las ondas de palique en la distancia,
perfumado con esencia de carmín nocturno,
adulterado por la espuma de cebada trasnochada,
arropado de los desnudos huesos de aceitunas carcomidas,
colmado de vasos vacios,
impactado contra la mejilla de un beso lanzado,
espumado de anticaries amentolada,
malgastado por condicionales pensamientos del “Y si...”,
suspirado en un último pensamiento.


lunes, 18 de julio de 2011

Taras

Las tejas conformaban los cimientos de un hogar de lo absurdo. Con vistas al mar en dirección a la montaña,  donde los ratones cacareaban, los renacuajos revoloteaban, el Sol pernoctaba…
En aquel escondrijo de escaparate, habitábamos sin hallarnos. Amargabas la más dulce de mis sonrisas, hacías estallar a carcajadas mis trémulas lágrimas, desanudabas mi desatada mirada. Hiciste de la lluvia un oasis desértico. Los silencios plagaban las conversaciones. Mirábamos a ciegas, andábamos sin piernas…

Incompletos, tarados…
Así éramos, sin serlo.


sábado, 16 de julio de 2011


 

Cuando entristezco visto falda. Cuan más tristeza albergo, más acorto esta. Hoy, mi falda la conforma un finísimo hilo de algodón que apenas se sostiene en mis caderas. Nada dejo a la imaginación. Tristeza exhibicionista.


 
[Fotografiando: London & una futura cineasta exitosa]






jueves, 14 de julio de 2011

Valerie

    
        Valerie… em, qué puedo decir. Bueno, puede que extrañe tu sedoso pelo pelirrojo, tu blanquecina piel, tu sexo desenfrenado… y creo que eso es todo, a decir verdad. Desde luego no extraño tus entalladísimos vestidos floreados, nunca dejaban nada a la imaginación, ni tu manera altiva de mirar, y ni mucho menos tus aires endiosados. Además, siempre tuviste la lengua muy larga, la falda muy corta, el culo muy flaco y los pechos muy gordos.
Siempre decías que íbamos a medias pero nunca pagas las cuentas. Te gustaba creer que eras rebeldemente desenfada, yo creo más bien que eras una trastornada. Para más tu manía persecutoria, fobias, celos desmesurados y adicción a las drogas hacían que tu existencia estuviera signada por la fatalidad, los abusos, los extremos… como si fueras uno de los personajes de William Burroughs. Tu vida fue digna de un cut up, difícil de entender en una lectura rápida.
Lo único que realmente me dio por culo, fue que a los dos nos gustara dormir en el mismo lado de la cama. No lo soportaba. Por ello tomé la decisión: quiero el divorcio.
Te buscaste un buen abogado que desplumara mi cuenta de sexador de pollos, y así pagara todos los destrozos mobiliarios que ocasionaba cada vez que me enteraba de un nuevo tatuado amante.
Desde entonces, te deseé lejos. Prefería echarte de menos que de más. Tu antojada vida me consumía y afligía.

     Hoy me pesa. Estás más lejos de lo que hubiera imaginado. A decir verdad todos los presentes, lo estamos. Siempre pensamos que una sobredosis acabaría con tu bulimia y drogadicción; nunca imaginamos que una jirafa lo hiciera. Eras la reina de la ironía, decías; parece que ella reinó en ti. Nunca te gustaron los animales, ni las ciencias, ni la cultura, y bastó un cabezazo contra la cabeza de la jirafa disecada del Museo de Ciencias Naturales para acabar con todo esto.

A pasar de todo, creo que nunca te dejé de querer.


miércoles, 13 de julio de 2011


Enfilados los pájaros,
en la cuerda de tender,      
revolotean mojados,
picotean calzones a prender,
pierden plumas a los patios.
Paracaidistas en picado.
Aves de corta alzada,
resuenan en las ventanas,
hablan de las mañanas,
del tiempo que pasa.
Saben de las viejas
que asoman por las ventanas,
y de las nietas
que nos las alcanzan.
En la roída cuerda,
cantando la melodía
del día a día…
pájaros paracaidistas.


[Como pajarillos, mis ideas/proyectos no paran de revolotear. Algunas, empiezan a alzar el vuelo; planeo…]


martes, 5 de julio de 2011

Ya.


Soy un viajero en el tiempo, procedente del futuro. Vendré a decirte dentro de tres minutos y doce segundos - cuando eyacule-  que es la primera vez que me va a pasar esto.



lunes, 4 de julio de 2011

El Grito


¡Bang!
¡Bang!
¡Bang!

Pasó la mayor parte de su vida matando el tiempo, a veces a cañonazos otras con periódicos enrollados. Su gusto por asesinar su tiempo- sin sentido- ocupó sus días loooongos y vacios. Aunque aquel día, al mirarse al espejo se percató de que el tiempo había disparado primero.

[Interpretación personal de El Grito- Edvard Munch]