martes, 14 de febrero de 2012

Matilde. Mateo. Matute

Matilde mataría por Mateo a Matute, en un momento de mentira amatoria, mintiendo al mentecato metomentodo en el momento. Mentalmente maniatada e imantada. “Mate por su amante”, mantenía la mitad de su mente matutina maniatada. En el Motel Montoya amantes amotinaban mentiras. Mentes mentirosas amontonaban mantas matutinas, mantequilla y mantecados.
Hasta el momento meditado, en que Matute metódicamente mató a Mateo el amante. Mateo que un día mató a Matilde, la de mantas matutinas, mantequilla y mantecados. Mintió Mateo al mentecato metomentodo de Matute, cuando mantuvo: “no maté a Matilde en el manantial del matadero en mitad del monte del Motel Montoya”. Mentiras de momentos amatorios matutinos, montadas en motores maniatados.

domingo, 12 de febrero de 2012

Capítulo tres




Al fin, o eso creo, desperté. Parecía imposible que el preámbulo de este espacio pasara de una vez a esa nota inicial, a esos primeros párrafos… Sin embargo, así soy yo, una persona de las que pierden la cabeza en esa 'fase de enamoramiento', donde la pasión erótica, el romanticismo y la intimidad inicial nublan a uno los sentidos. Se camina tan bien entre nubes de algodón… De ello, también florecen desconfianzas, inseguridades, discrepancias y desencuentros, haciendo temer que lo bucólico del momento encalle en un angosto páramo de monotonía, reiteración y temores.
De ahí, que a veces, sea necesario izar banderas y tomar otros rumbos en busca de otros vientos. Despejar las mucosas del viciado aire de la gran urbe, para volver renovado, decidido… Y con ello descubrir si esa fase pastoril, fue un simple idilio con las musas o realmente desearías que ellas perpetuaran sus caricias en tus pensamientos con almíbar y aguijones.
Fui cauta, me hice con las provisiones necesarias, y partí hacia el desconocimiento de descubrimientos. Toda una aventura. Los resultados de la expedición fueron asombrosos –aún estoy boquiabierta–. Conocí personajes fantásticos, aprendí aquello que nunca imaginé y desgañite mis oídos y mi voz.
Ahora, vuelvo con las manos vacías –regalé todo lo que llevaba en mi equipaje–, pero con la mente y los sentidos repletos de sueños y credos. Si crees, se crea.  
Sé que mi pasión por escribir no es un enamoramiento etéreo, está vivo, late, respira y pesa. Desde la niñez me llevan acompañando cuentos, historias, guiones, relatos, comedias… en mis pensamientos y cuádrenos. Lamentablemente, la fase de enamoramiento se estancó entre la neblina de años de formación, estudio y un principio de madurez juvenil. A pesar de ello, seguía respirando en mi sótano mental, prueba de ello fue el despertar de este entorno a modo de blog. Despertares –que fue como bauticé el inicio de esta andanza–  fue un resurgir de mi pasión.
Ahora en esa fase de amor y pasión, el erotismo queda relevado por una pasión romántica que continúa en aumento, al igual que la intimidad y el compromiso.
Hoy, de la mano, caminamos firmes, juntas, vislumbrado un futuro en el que creo aunque, aún, se bocete difuso. Sé que las pérdidas se transforman en ganancias y los cambios son oportunidades, y que soy fiel defensora de juntar la realidad más cercana con nuestros sueños más lejanos.
Así –despierto– comienza Capítulo tres, porque dos son multitud y tres son compañía.
Si me llevas contigo, prometo ser ligera.