Me fui con la despedida, y me seguiste hasta el reencuentro.
Tocaste pidiendo perdón, ruborizadamente mis ojos se encogieron.
El frío de aquellas calles, iluminadas, nocturnas… dibujaban sonrisas bajo la lluvia.
Olía a ti y a mí, y a la banalidad de los tropiezos a tientas.
Vuelve a silbar entre los silencios de las calles dormidas, vuelve a recordarme dónde solías…
...
[ Gracias a la reportera por su minuciso objetivo]
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